Sinfonia Rotterdam y Lara St. John en Zamora Orquesta Sinfónica / Países Bajos/Canadá
Día del evento:
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17 Nov |
Horario:
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20:30h |
Ubicación:
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Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe ¿Cómo llegar? |
Precio:
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La Orquesta Sinfónica Rotterdam, fundada en 2000 por Conrad van Alphen, ha ganado reconocimiento mundial por sus presentaciones energéticas y su compromiso con la música. Ha actuado en diversas partes del mundo y en importantes salas de los Países Bajos. La orquesta se distingue por seleccionar músicos no solo por su habilidad técnica, sino también por su dedicación a la misión de la agrupación, que incluye apoyar tanto a solistas consagrados como a nuevos talentos.
Lara St. John es una violinista canadiense que comenzó a estudiar violín a los dos años y debutó como solista a los cuatro. A los diez años, realizó su debut europeo con la Orquesta Gulbenkian. Ingresó al Curtis Institute a los 13 años y ha estudiado con reconocidos maestros como Felix Galimir y Joey Corpus. Su talento ha sido destacado por publicaciones como The Strad y The New York Times, y ha actuado como solista con diversas orquestas de renombre en todo el mundo. Además, ha realizado recitales en importantes salas y festivales en América y Europa. En 1999, fundó su propio sello discográfico, Ancalagon, y ha ganado un Premio Juno por su disco de Mozart. St. John también ha sido reconocida por su valentía al hablar sobre su experiencia de abuso en el ámbito musical y ha sido investida con la Orden de Canadá en 2021 por su contribución a la sociedad.
Fanny Mendelssohn (1805-1847)
Obertura en Do Mayor 10 m
Piotr I. Tchaikovsky (1840-1893)
Concierto para violín y orquesta en Re Mayor Op. 25 35 m
Johannes Brahms (1833-1897)
Sinfonía No. 3 en Fa Mayor Op. 90 35 m
I. Allegro con brio
II. Andante
III. Poco allegretto
IV. Allegro - Un poco sostenuto
Conrad van Alphen, Director
Lara St. John, violín
El programa del concierto inaugural del Festival de Música de Morelia 2024 realiza un atractivo recorrido por el sinfonismo romántico, a través de tres obras de diferentes épocas y países con distinto lenguaje y connotaciones sinfónicas.
Fanny Mendelssohn (1805-1847) es hoy en día una de las compositoras más reconocidas de la historia de la música. Como tantas otras mujeres de su época, no pudo desarrollar su carrera musical a causa de los prejuicios sociales reflejados en su padre, quien consideraba que para las mujeres la música era solo un ornamento. Su única opción fue publicar algunas piezas bajo la firma de su hermano Félix Mendelssohn. Solo después de casarse con el pintor Wilhelm Hensel publicó algunas obras y ofreció un único concierto público donde dirigió la Obertura que hoy se presenta. Escrita alrededor de 1832, la obra fue publicada apenas en 1994. Esta es su única composición para orquesta: obra en un movimiento donde se muestran contrastes temáticos, dinámicos y tímbricos que logran gran intensidad y dramatismo.
P.I. Tchaikovsky (1840-1893) es el compositor ruso más conocido y admirado mundialmente. Su Concierto para violín y orquesta, compuesto en 1875, es una de las obras obligadas en el repertorio de los violinistas desde su estreno en 1881 y una de las que presenta con gran equilibrio las dos facetas contrapuestas del compositor: la presencia de temas cercanos a la música popular rusa y el respeto a la tradición alemana de la música orquestal. Toda la obra, pero en especial la cadenza al final del primer movimiento, exige del solista un gran dominio de los recursos técnico-expresivos del instrumento. El segundo movimiento, Canzonetta, es uno de los Lentos más vibrantes de todo el romanticismo musical. El Finale, lleno de humor y de ritmo, incorpora materiales musicales que, tanto en los temas rápidos como en los lentos, son cercanos a la tradición musical rusa, a la vez que propicia una gran demostración de virtuosismo por parte del solista.
Cierra el programa el compositor alemán Johannes Brahms (1833-1897) con su Sinfonía No.3 (1883). Compuesta en medio de la polémica entre “música programática” y “música pura”, su estreno resultó uno de los mayores triunfos de Brahms en su apuesta por la segunda opción. La sinfonía, sin embargo, parece contener elementos alusivos a cuestiones extramusicales, sin ser programática: su motivo inicial de tres acordes ha sido interpretado como variante de aquel que utilizara Brahms junto a R. Schumann y A. Dietrich en una obra dedicada al violinista J. Joachim, amigo común y autor de la frase Frei aber einsam (“libre (soltero) pero solitario”), cuyas iniciales F-a-F representan en notación alemana las notas Fa-la-fa. Brahms, al parecer, cambia “solitario” por “feliz” y el tema queda como F-Ab-F (Fa-La bemol-Fa). La Sinfonía No.3 es, sin duda, la obra sinfónica de Brahms más conocida y admirada: varios de sus temas han sido usados en filmes, series televisivas y hasta en videojuegos.